Primer día de clases

El año comienza verdaderamente el primer día de clases.

Esa idea escuché ayer en la radio, mientras viajaba por la mañana en el colectivo hacia el trabajo. El sacerdote que estaba haciendo el comentario razonaba al respecto y decía, con mucha razón, que el año no empezaba realmente con los abrazos el 31 de Diciembre a las 12 de la noche, ni cuando volvíamos de vacaciones. Parece que todo comienza cuando se inicia el año escolar.

Entonces, ustedes, mis queridos alumnos, son con sus caritas sonrientes y sus abrazos de reencuentro, como los fuegos de artificio que se lanzan al negro cielo del cambio de folio. La campana del colegio al sonar, reemplaza al descorche de una burbujeante botella de champaña, y su saludo cariñoso y las ganas de aprender son como el mejor de los abrazos de esa noche, porque reconfortan y hacen que tengamos ganas de empezar el año.

Hoy martes, mi primera clase fue con ustedes, los alumnos de cuarto año medio. Su último año, un año importante y decisivo. ¡Qué agradable fue empezar con ustedes! Poder partir con entusiasmo, sin pereder un minuto, así da gusto.

Eso es lo que quería compartir con ustedes; estoy contenta de verlos después de un largo receso. Y espero que nuestro "año nuevo de colegio" se repita y renueve día a día, con cada toque de campana...

Los quiero mucho...